domingo, 3 de mayo de 2015

Investigación: Evolución clonal (Kenza Laoufir)

INVESTIGACIÓN
(Dra. Valia Pavón Morán, Dr. Porfirio Hernández Ramírez, Dra. Gisela Martínez Antuña, Dra. Olga Agramonte Llanes, Dr. Juan Carlos Jaime Fagundo y Lic. Jeny Bravo Regueiro)
Anormalidades moleculares: Concepto de evolución clonal
Las anormalidades moleculares relacionadas con el cromosoma ph , están implicados en la fisiopatología y el desarrollo de la enfermedad.
La principal anormalidad cromosómica era la presencia del cromosoma ph (22q) que resultaba de la translocación reciproca que implica también el cromosoma 9. Esta anormalidad fue designada t(9,22)(q34;q11).
Recientemente todavía se consideraba que el padecimiento del cromosoma Ph por las células progenitoras hematopoyéticas , les confería a estas una ventaja proliferativa del clon leucémico , sobre la hematopoyesis residual normal, que desaparecía. Sin embargo se demostró que no era cierto ya que la hematopoyesis Ph negativa persiste.
La proximidad de los genes BCR y ABL en las células hematopoyéticas en interfase , y la posible importancia de la duplicación de 76 kb identificada en el cromosoma 9 cerca del gen ABL , y en el cromosoma 22 cerca del gen BCR , tienen cierta influencia sobre el establecimiento de la enfermedad.
Técnica FISH: gen BCR en rojo y el ABL en verde . Fif. izquierda observamos un patron normal , y el la fig. derecha se evidencia patron BCR/ABL -Ph (+) 
Sabemos que la translocación t(9,22), existe como única anormalidad cromosómica , sin embargo hemos de destacar la presencia de anormalidades adicionales con el avance de la enfermedad.
Entramos a hablar entonces de la evolución clonal (EC),  que se define como la emergencia de anormalidades citogenéticas diferentes a la del cromosoma ph en pacientes con LMC. Destaquemos que las anormalidades complejas del cromosoma Ph o del cromosoma Y no se consideran como signos de EC.
La EC fue descrita originalmente en el 50 % de los pacientes en crisis blástica (CB), posteriormente entre el 5 y 10 % de los pacientes en fase critica (FC) y en el 30 % de los pacientes en fase aguda (FA), y está asociada con peor pronóstico.
El desarrollo de cariotipos complejos incluye trisomía 8, trisomía 19, isocromosoma 17q con pérdida o alteración del antígeno p53 y copias adicionales del cromosoma Ph. Se considera como uno de los factores que definen la FA. Su desarrollo indica la progresión a fases avanzadas de la enfermedad, aunque entre el 50 y 70 % de los pacientes que evolucionan a estas, no tiene signos citogenéticos de EC y en su patogenia desempeña un papel importante la inestabilidad cromosómica del clon maligno.
El significado pronostico , de lo enunciado anteriormente establece grupos de riesgo:
-       Riesgo “bueno” : no hay anormalidades del cromosoma 17 , menos del 16% de metafases incluidas en la EC , y cuando la EC ocurre en los primeros 24 meses de evolución.
-       Riesgo “peor”: pacientes con mas del 36% de metafases que afectan al cromosoma 17 y mas del 16% de metafases que envuelven cualquier otra anormalidad cromosómica.
-       Podemos hablar también de un grupo intermedio.
La utilización de nuevos agentes terapéuticos han permitido profundizar en el conocimiento de la EC. Se ha observado el desarrollo de anormalidades cromosómicas adicionales en pacientes en tratamiento, independientemente de la respuesta citogenética. Se plantea que algunas de estas pueden ser transitorias y desaparecer con la terapia mantenida. En estos casos, la EC no es un factor importante que influya en la respuesta citogenética, pero sí en la supervivencia en cualquier fase de la enfermedad.
Bibliografía: http://bvs.sld.cu/revistas/hih/vol21_2_05/hih03205.pdf


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