INVESTIGACIÓN
(Dra. Valia Pavón Morán, Dr.
Porfirio Hernández Ramírez, Dra. Gisela Martínez Antuña, Dra. Olga Agramonte
Llanes, Dr. Juan Carlos Jaime Fagundo y Lic. Jeny Bravo Regueiro)
Anormalidades
moleculares: Concepto de evolución clonal
Las anormalidades moleculares
relacionadas con el cromosoma ph , están implicados en la fisiopatología y el
desarrollo de la enfermedad.
La
principal anormalidad cromosómica era la presencia del cromosoma ph (22q) que resultaba de la translocación reciproca que
implica también el cromosoma 9. Esta
anormalidad fue designada t(9,22)(q34;q11).
Recientemente todavía se
consideraba que el padecimiento del cromosoma Ph por las células progenitoras
hematopoyéticas , les confería a estas una ventaja proliferativa del clon leucémico
, sobre la hematopoyesis residual normal, que desaparecía. Sin embargo se
demostró que no era cierto ya que la hematopoyesis Ph negativa persiste.
La
proximidad de los genes BCR y ABL en las células hematopoyéticas en
interfase , y la posible importancia de la duplicación de 76 kb identificada en
el cromosoma 9 cerca del gen ABL , y
en el cromosoma 22 cerca del gen BCR ,
tienen cierta influencia sobre el establecimiento de la enfermedad.
Técnica FISH: gen BCR en rojo y el ABL en verde . Fif. izquierda observamos un patron normal , y el la fig. derecha se evidencia patron BCR/ABL -Ph (+) |
Sabemos que la translocación t(9,22), existe como única
anormalidad cromosómica , sin embargo hemos de destacar la presencia de
anormalidades adicionales con el avance de la enfermedad.
Entramos a hablar
entonces de la evolución clonal
(EC), que se define como la emergencia
de anormalidades citogenéticas diferentes a la del cromosoma ph en pacientes
con LMC. Destaquemos que las anormalidades complejas del cromosoma Ph o del
cromosoma Y no se consideran como signos de EC.
La EC fue descrita
originalmente en el 50 % de los pacientes en crisis blástica (CB), posteriormente
entre el 5 y 10 % de los pacientes en fase critica (FC) y en el 30 % de los
pacientes en fase aguda (FA), y está asociada con peor pronóstico.
El desarrollo de
cariotipos complejos incluye trisomía 8, trisomía 19, isocromosoma 17q con
pérdida o alteración del antígeno p53 y copias adicionales del cromosoma Ph. Se
considera como uno de los factores que definen la FA. Su desarrollo indica la
progresión a fases avanzadas de la enfermedad, aunque entre el 50 y 70 % de los
pacientes que evolucionan a estas, no tiene signos citogenéticos de EC y en su
patogenia desempeña un papel importante la inestabilidad cromosómica del clon
maligno.
El significado
pronostico , de lo enunciado anteriormente establece grupos de riesgo:
-
Riesgo “bueno” : no hay anormalidades del cromosoma 17 , menos
del 16% de metafases incluidas en la EC , y cuando la EC ocurre en los primeros
24 meses de evolución.
-
Riesgo “peor”: pacientes con mas del 36% de metafases que
afectan al cromosoma 17 y mas del 16% de metafases que envuelven cualquier otra
anormalidad cromosómica.
-
Podemos
hablar también de un grupo intermedio.
La utilización de nuevos
agentes terapéuticos han permitido profundizar en el conocimiento de la EC. Se
ha observado el desarrollo de anormalidades cromosómicas adicionales en
pacientes en tratamiento, independientemente de la respuesta citogenética. Se
plantea que algunas de estas pueden ser transitorias y desaparecer con la
terapia mantenida. En estos casos, la EC no es un factor importante que influya
en la respuesta citogenética, pero sí en la supervivencia en cualquier fase de
la enfermedad.
Bibliografía: http://bvs.sld.cu/revistas/hih/vol21_2_05/hih03205.pdf
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