miércoles, 29 de abril de 2015

Cromosoma implicado: cromosoma Philadelphia (por Luyi Zeng)





Los cromosomas son unas estructuras compuestas de material genético que están en el 
núcleo de las células y determinan la función de las mismas. La alteración de célula madre 
que da lugar a LMC consiste en que dos de sus cromosomas, el 22 y el 9, se produce una 
traslocación y como consecuencia da lugar a una cromosoma anómalo denominado comosoma Philadelphia descubierto por los investigadores de esa ciudad americana.


Translocación recíproca t (9;22) (q34,q11)
El gen de la LMC es el resultado de la fusión de 2 genes normales: el ABL en el cromosoma 9 y el BCR en el cromosoma 22. La ruptura ocurre en alguna parte de ABL en sentido contrario al exon 2 y sinmultaneamente en punto de ruptura mayor del BCR. Como resultado la 
porción 5 del BCR y la porción 3 de ABL están yuxtapuesta en un cromosomas 22 acortado. 
A causa de esta translocación se producen 2 nuevos genes híbridos: el BCR-ABL en el cromosoma 22 q- o cromosoma Ph y el gen recíproco ABL-BCR en el cromosoma derivado 9q+, el cual, aunque transcripcionalmente activo, no parece desempeñar ninguna actividad funiconal en la enfermedad.



Oncogenes BCR-ABL 
Produce una proteína anómala, la proteína tirosinquinasa BCR/ABL que hace que la médula ósea produzca de manera incontrolada una gran cantidad de células anormales que acaban 
sustituyendo a las normales.  

Proteína BCR-ABL
La proteína ABL aparece tanto en el núcleo como en el citoplasma y puede ir de un lado a 
otro bajo la infuencia de las señales de localización nuclear y los dominio de señales de salida 
del núcleo. Mientras que el BCR-ABL es exclusivamente citoplasmático. 
ABL nuclear es esencial una proteína proapoptótica, sin embargo el BCR-ABL, es 
antiapoptótico, a pesar de que retiene la zona de localización de ABL nuclear y las seucancias de salidas del núcleo están incpacitadas para entrar al mismo.

Causa
Su causa es desconocida. Su origen es multifactorial: puede aparecer tras la exposición a 
radiaciones ionizantes o a ciertos agentes químicos; alguna anomalidad molecular adquirida
que precede a la traslocación; la generación del cromosoma en células pluripotencial bajo 
condiciones de supervivencia inmunológica reducida y la proximidad de los genes BCR y ABL en las célulsa hematopoyéticas en interfase. 

La translocación t(9,22) existe como única anormalidad cromosómica através de la fase crónica de la enfermedad y se mantiene también durante las fases avanzadas, pero entre el 50 y 80% de los pacientes adquieren anormalidades cromosómicas adicionales con el avanve de la enfermedad.


Características clínicas: fase clínicas (por Luyi Zeng)

La mayoría de los pacientes de LMC se diagnostica en la fase crónica. Esta fase es fácil de 
controlar con diversos tratamientos. Luego se evoluciona hacia la fase acelerada o de la crisis blástica, se debe a que hay cambios genéticos adicionales en las células madres leucémicas. 
Entre ellos algunos son identificable mediante análisis citogenéticos, sin embargo hay otros 
que no son identificables. Son tres fases:

Fase Crónica:  
Esta primera fase puede durar 4 a 5 años. 80- 85 % de los pacientes son diagnosticados en 
esta fase. Los pacientes pueden presentar síntomas o no tener ningún síntoma. Se detecta en pruebas analíticas rutinarias. Sin tratamiento tiene una esperanza de vida de 2-6 años. 
En sangre periférica se ve leucocitosis, con menos de un 2% de blastos y en médula ósea una proliferación de granulocitos, con disminución del tamaño de los precursosres eritroides y megacariocítico. 
En esta fase se aplica como tratamieto trasplante de médula ósea, inmunoterapia y 
quimioterapia. Cuando reciben el tratamiento: el tamaño del bazo disminuye, las 
concentraciones de hemoglobina mejoran y los conteos de glóbulos blancos vuelve a niveles 
casi normales. 

Fase Acelerada: 
Presentan astenia, anorexia, anemia, a veces pérdida de peso. Deja de responder bien al tratamiento a diferencia de la crónica.  
En las pruebas analíticas aparece un aumento de leucocitos a expensas sobre todo de blastos, basofilia intensa mayor a 20% (por aumento de blastos), persistente trombopenia (o trombocitosis menos frecuente). 
Citogenética muestra evolución clonal con anomalías cromosómicas nuevas añadidas al filadelfia. En alguna investigación se ha descubierto en esta fase la aparición de un segundo cromosoma Filadelfia, de una trisomía del cromosoma 8 o de una delección p17.

Fase de Crisis Blástica:  
Sintomática como una leucemia aguda con na supervivencia de  2 a 6 meses.
Para diferenciar de leucemia aguda tiene que hacer el diagnóstico diferencial por técnicas de biología molecular. Las proteínas resultante de gen híbrido presenta diferentes tamaños 
según la patología (190kDa en la leucemia aguda y 210KDa en la crisis blástica de la LMC).  
Aparece más de un 20% de blastos en médula ósea. Pueden aparecer tumores de células linfoides o mieloides (70% mieloides y 30% linfoides). Tienen conteos bajos de glóbulos tojos, plaquetas y neutrófilos. 
Presenta anemia severa, infecciones de repetición, hemorragias y trombos, alteraciones multiorgánicas por infiltración linfocítica. 

Efectos de la Oncoproteína BCR-ABL (por María Hermoso)

La alteración en la proteína ABL favorece la proliferación, la resistencia a la apoptosis y altera la adhesión de las células. Todas las personas presentan una proteína ABL.
Lo que expresan los pacientes con LMC es la fusión BCR-ABL. El resultado de esta translocación es la unión de una actividad enzimática tipo tirosin-kinasa aportada por la proteína ABL que posee un sitio de unión al ATP y sus sustratos. Estos sitios tirosin-kinasa, que se encuentran normalmente en todas las personas, pueden ser de dos tipos: 
- Unos que se encuentran como proteínas transmembrana con un sitio extracelular para unión a un ligando y un lugar con acción catalítica intracelular para funcionar como receptores
- Otros que no son receptores, no se encuentran unidos a la membrana sino que se encuentran en el citosol, el núcleo y en la superficie interna de la membrana plasmática. 

El dominio kinasa, de las tirosinkinasas, tiene una estructura N-terminal que permite la unión del ATP y el magnesio, y un extremo C-terminal que contiene un asa de activación. Normalmente la tirosin-kinasa generada por el ABL se mantiene inactiva y es activada por señales intracelulares. 

En los pacientes con enfermedad oncogénica puede ocurrir una fusión entre el sitio tirosin-kinasa con su proteína, lo cual favorece la autofosforilación permitiendo crear sitios de unión anómalos para proteínas, y logrando ser independientes de ligando lo que explicaría su actividad continua, aunque sí dependería de ATP. 
Normalmente la proteína ABL es pro-apoptótica y se encuentra en el núcleo y en el citoplasma, mientras que el BCR-ABL es anti-apoptótico y no se encuentra en el núcleo. Esta oncoproteína aunque es el pilar fundamental en el diagnóstico de la LMC, no es la causa principal de la trasformación de la LMC ya que se ha logrado detectar la expresión de esta gen en pacientes no enfermos, lo que nos lleva a pensar que deben existir otros factores que logren hacer la transformación celular.


martes, 28 de abril de 2015

Características generales de la leucemia mieloide crónica (Sonia Castro Valdeolmillos)

CARACTERISTICAS GENERALES DE LA LCM


La leucemia linfoide crónica (LLC) es el tipo de leucemia más frecuente en los individuos caucásicos. su incidencia tiene una gran variacion de acuerdo con el área gegográfica. la variedad más frecuente es la de linfocitos B. su etiología es desconocida.

Actualmente se sabe que la LMC es una enfermedad mieloproliferativa clonal, que se origina en las células troncales hematopoyéticas (CTH) y que está caracterizada por la presencia del cromosoma Philadelphia (Ph) y su producto oncogénico BCR-ABL. Esta proteína presenta una incrementada y constitutiva actividad tirosina cinasa, esencial para la transformación maligna, la cual altera propiedades celulares como la adhesión, proliferación y apoptosis. 

A diferencia de las células troncales normales, las células troncales leucémicas tienen alteraciones en sus mecanismos de respuesta a los diferentes estímulos provenientes del microambiente hematopoyetico (incremento en sus potenciales de proliferación y disminución en sus mecanismos de muerte), lo que provoca que en la médula ósea exista un número incrementado de células troncales leucémicas, mismas que al dividirse y diferenciarse generan grandes números de progenitores y precursores anormales, teniendo como consecuencia final un elevado número de células sanguíneas circulantes.



lunes, 27 de abril de 2015

LMC y Fertilidad (Marta Díaz Jiménez)

LMC Y FERTILIDAD:
Dado que la Leucemia Mieloide Crónica es una enfermedad crónica que en muchas ocasiones afecta a personas jóvenes en edad fértil que no tienen la sensación de estar enfermos por encontrarse asintomáticos y requerir tan sólo de la toma diaria de la medicación, el tema de la concepción suele generar muchas dudas.

Lamentablemente lo único que se puede decir al respecto es lo que mencionan las fichas técnicas de los ITK (<<National Library of Medicine Insight Segmentation and Registration Toolkit>>), “los pacientes que toman esta medicación deben adoptar medidas anticonceptivas ya que se desconoce el posible efecto teratogénico de estos fármacos sobre el feto”.

Las únicas alternativas existentes en la actualidad son: 
- criopreservar esperma o óvulos fecundados antes del inicio de la medicación.
- tomar la medicación hasta alcanzar una remisión molecular completa y estable. En esta situación, y bajo el control de un grupo de hematólogos y   obstetras expertos, proceder a:
     En el varón:
Parar la medicación durante 2-3 meses para, posteriormente, proceder a recoger esperma para su criopreservación o utilización para fecundación.
     En la mujer:
Parar la medicación con ITK e iniciar tratamiento con interferón (medicamento bastante bien tolerado que no tiene efectos secundarios sobre el feto). De ser tolerado, al cabo de un par de meses intentar quedar embarazada manteniendo el tratamiento hasta el parto, momento en que podría retomar la medicación con ITK. Con todo, a nadie se oculta los riesgos que comporta este procedimiento por los más de 11-12 meses sin medicación. Por ello tan sólo es planteable en pacientes en remisión molecular completa y estable.

(Molécula de interferón)

sábado, 25 de abril de 2015

Historia de la Leucemia (Por María Hermoso)



La Leucemia Mieloide Crónica (LMC) fue descrita por primera vez en 1845 por Hughes Bennet, quien mencionó que se trataba de una enfermedad infecciosa que causaba hipertrofia en hígado y bazo, hasta provocar la muerte.





Sin embargo, pocas semanas después, Rudolf Virchow publicó un caso similar en el que mencionaba que la enfermedad no era infecciosa y que implicaba un incremento en el número de células sanguíneas, por lo que acuñó el término de leucemia.






En 1870, Neumann reconoció que las células leucémicas descritas se originaban en la médula ósea.








Casi cien años después, en 1960 Nowel y Hungerford describieron que en este padecimiento existía un cromosoma anormal que se presentaba en todos los casos de esta leucemia.





Hasta el año 1973 que Janet Rowley describió que el cromosoma anormal era provocado por una translocación recíproca entre los brazos largos de los cromosomas 9 y 22, dándosele el nombre de cromosoma Philadelphia.




Actualmente se sabe que la LMC es una enfermedad mieloproliferativa clonal, que se origina en las células troncales hematopoyéticas (CTH) y que está caracterizada por la presencia del cromosoma Philadelphia y su producto oncogénico BCR-ABL.



























jueves, 23 de abril de 2015

Biografía y Webgrafía

BIBLIOGRAFÍA-WEBGRAFÍA (todo el grupo)

- Medline Plus (www.nlm.nih.gov/medlineplus)
- Medscape (www.medscape.com)
- Pubmed (www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed)
- Fundación Josep Carreras (www.fcarreras.org/es/leucemia-mieloide-cronica_361394)
- American Cancer Society (www.cancer.org)
// (http://www.cancer.org/espanol/cancer/leucemiamieloidemielogenacronica/guiadetallada/leucemia-mieloide-mielogena-cronica-early-diagnosis)
- Asociación Española contra el Cáncer
https://www.aecc.es/SOBREELCANCER/CANCERPORLOCALIZACION/LEUCEMIAMIELOIDECRONICA/Paginas/Incidencia.aspx
- Cancer (www.cancer.net)
http://www.medigraphic.com/pdfs/revinvcli/nn-2009/nn093f.pdf
- http://www.redalyc.org/pdf/2611/261119491009.pdf

Dr. Francisco Cervantes, Dra. Mª Consuelo del Cañizo, Dr. José Román, Dra. Anna Sureda, Dr. José Francisco Tomás. AEAL Explica: ¿Qué es la leucemia mieloide crónica?. AEAL, Asociación Española de Afectados por Linfoma, Mieloma y Leucemia. Febrero 2011. Disponible en: 
 Leucemia mieloide crónica. Actualización en citogenética y biología moleuclar. Reivsta cubana de hetatología, inmunología y hemoterapia. 2005.
Disponible en :
-Leucemia mieloide crónica. Leukemia&Lymphoma society. 2014. Dispoible en : 

Causas (Marta Díaz Jiménez)

CAUSAS

Se conoce que la causa de la Leucemia Mieloide Crónica está relacionada con una anomalía cromosómica denominada cromosoma Filadelfia, pero no se conoce con exactitud porqué se produce.



En un principio, se deduce que una exposición a la radiación puede aumentar el riesgo de sufrir la enfermedad. Esto puede ocurrir por un tratamiento de radioterapia utilizado en el pasado (como cáncer de tiroides o linfoma de Hodgkin), aunque también es posible que se deba a una exposición radiológica tras un desastre nuclear. En caso de que esta leucemia se deba a una exposición a la radiación, pasan muchos años antes de que se presente.

Para esta hipótesis hay dos problemas. El primero es que la mayoría de las personas a las cuales se les ha tratado un cáncer con radiación, jamás llegan a contraer la Leucemia Mieloide Crónica. Otro dato importante es que los pacientes que sufren esta enfermedad, generalmente, nunca se han visto expuestos a la radiación.



También tiene relevancia la hipótesis de que la generación del gen de fusión BCR-ABL en la célula pluripotencial bajo condiciones de supervivencia inmunológica reducida, es suficiente para iniciar la expansión del clon que modula el comportamiento de la enfermedad.



Aunque la causa de la translocación aún no está identificada, el evento debe ocurrir en células hematopoyéticas progenitoras tempranas, capaces de originar granulocitos, monocitos, células eritroides, megacariocitos y linfocitos. 2 Todas estas células han mostrado estar en la progenie clonal de una célula única, ya que en caso de LMC en mujeres, la inactivación del cromosoma X es la misma en todas las células con la translocación.


Introducción (Marta Díaz Jiménez)

INTRODUCCIÓN


La leucemia mieloide crónica o LMC es un síndrome multiproliferativo crónico de naturaleza clonal que resulta en un excesivo número de células mieloides en todos los estadios de maduración.


Actualmente, es el modelo molecular de leucemia mejor estudiado. En la LMC se expresa una translocación cromosómica que da lugar a la formación del cromosoma Filadelfia (Ph). A causa de esta translocación se producen dos nuevos genes híbridos: el BCR-ABL en el cromosoma Filadelfia (de vital importancia) y el gen recíproco ABL-BCR en el cromosoma 9q+ (el cual no parece desempeñar ninguna actividad funcional en la enfermedad).




domingo, 19 de abril de 2015

Tratamiento de Leucemia Mieloide crónica (por Ziyi Xia)

Las opciones de tratamiento para las personas que padecen leucemia mieloide crónica dependen de la fase de la enfermedad (crónica, acelerada o blástica), su edad, otros factores de pronóstico y la disponibilidad de un donante de células madre con tejido compatible.

Fase crónica
El tratamiento convencional para la CML en fase crónica es un inhibidor de tirosina cinasa (TKI), tal como el imatinib (Gleevec), nilotinib (Tasigna), o dasatinib (Sprycel).
Imatinib

Para el imatinib, la dosis inicial que usualmente se administra es 400 mg al día. Si el primer medicamento deja de surtir efecto (o realmente nunca funcionó lo suficientemente bien) se puede aumentar la dosis o se puede cambiar a uno de los otros inhibidores de la tirosina cinasa (incluyendo bosutinib/Bosulif).
El ponatanib (Iclusig) es una opción después de que se haya intentado con todos los demás inhibidores de la tirosina cinasa o si las células de la leucemia desarrollan posteriormente la mutación T315I.
Nicotinib


Cambiar a otro inhibidor de la tirosina cinasa también es una opción si el paciente no puede tomar el primer medicamento debido a los efectos secundarios que le ocasiona.

Puede que algunas personas en la fase crónica sean tratadas con un alotrasplante de células madre.

Medición de los resultados del tratamiento

La supervisión del paciente para saber cómo responde al tratamiento es muy importante. Se verifican los recuentos sanguíneos, y se hace una prueba de reacción en cadena de la polimerasa en la sangre (polymerase chain reaction, PCR) para medir la cantidad de gen BCR-ABL o se examina la médula ósea para determinar la presencia del cromosoma Filadelfia.

Es posible que se verifiquen los recuentos sanguíneos con más frecuencia, pero las pruebas para el gen BCR-ABL o el cromosoma Filadelfia se realizan usualmente alrededor de tres meses después de comenzar el tratamiento con un inhibidor de la tirosina cinasa, y luego de esto cada 3 a 6 meses. Si los resultados muestran que el tratamiento es eficaz, el paciente continúa con el medicamento actual. En caso de que los resultados indiquen que el tratamiento no es eficaz, se puede necesitar un nuevo medicamento o tratamiento.

Si la CML está respondiendo bien al tratamiento, tres meses después de iniciar el tratamiento, el paciente debe tener:
  •  Una respuesta hematológica completa
  •  Algún tipo de respuesta citogenética
  •  Una reducción del número de copias de BCR-ABL en la prueba de PCR en un 90% o más.
Si el tratamiento está surtiendo efecto, 18 meses después de iniciar el tratamiento, el paciente debe tener:
  • Una respuesta hematológica completa (CHR)
  • Una respuesta citogenética completa (CCyR)
  • Una respuesta molecular mayor (MMR)
Si el primer tratamiento no surte efecto

Si la leucemia no responde bien al tratamiento, hay varias opciones:
  • Aumentar la dosis del medicamento. Esto ayuda a algunas personas, aunque la dosis mayor a menudo ha empeorado los efectos secundarios.
  • Cambiar a otro inhibidor de la tirosina cinasa, por ejemplo de imatinib a dasatinib, nilotinib, bosutinib, o ponatanib. El médico puede examinar las células de CML para identificar cambios genéticos (mutaciones) con el fin de ayudar a decidir qué medicamento sería mejor.
  • Se puede tratar el interferón o la quimioterapia (quimio) para las personas que no pueden tomar estos medicamentos o para quienes éstos no surten efecto.
  • El trasplante de células madre puede ser una opción, especialmente para personas jóvenes que cuentan con un donante que tiene tejido compatible.
Tratamiento de la CML después de un trasplante de células madre
Algunas personas que reciben un trasplante de células madre pueden no presentar una respuesta completa. Si no presentan la enfermedad de injerto contra huésped (Graft-versus-host disease, GVHD), los médicos pueden tratar de conseguir que su nuevo sistema inmunitario luche contra la leucemia.
Una manera de hacer esto es reduciendo lentamente las dosis o suspendiendo la administración de medicamentos supresores del sistema inmunitario que están tomando. Esto se hace con mucho cuidado para tener un efecto contra la leucemia sin presentar una GVHD significativa. Durante este tiempo los pacientes se supervisan atentamente. Otra estrategia que ayuda a algunos pacientes es una infusión de linfocitos de la persona que donó las células madre para el trasplante (infusión de linfocitos del donante). Esto puede inducir una reacción inmunitaria contra la leucemia. El interferón también puede ser útil.
Si los pacientes presentan GVHD después de un trasplante de células madre, la estimulación adicional del sistema inmunitario probablemente no ayudará. Estos pacientes frecuentemente reciben tratamiento con un inhibidor de la tirosina cinasa, como imatinib.
Fase acelerada
Cuando la CML se encuentra en fase acelerada, las células de la leucemia comienzan a acumularse en el cuerpo más rápidamente, y esto causa síntomas. Con frecuencia las células de la leucemia adquieren nuevas mutaciones genéticas, lo que les ayuda a crecer y podría reducir la eficacia de los tratamientos.
Las opciones de tratamiento para la CML en fase acelerada dependen de los tratamientos que ya haya recibido el paciente. En general, las opciones son similares a las de los pacientes con CML en fase crónica, pero los pacientes con CML en fase acelerada tienen menos probabilidades de presentar una respuesta a largo plazo a cualquier tratamiento.
Si el paciente no ha recibido ningún tratamiento, se usará un TKI. El imatinib es una opción para la mayoría de las personas, pero frecuentemente a dosis mayores que las que se usan para la CML en fase crónica. La mayoría de los pacientes en esta fase pueden responder al tratamiento con imatinib, pero estas respuestas no parecen durar tanto tiempo como en los pacientes en fase crónica. Aun así, aproximadamente la mitad de los pacientes sobreviven después de 4 años. Los medicamentos más recientes, como el dasatinib y el nilotinib se usan a menudo en esta fase, y otros medicamentos están bajo estudio.
Si el paciente ya se encuentra recibiendo imatinib, se debe aumentar la dosis de este medicamento. Otra opción es cambiar a uno de los otros inhibidores de la tirosina cinasa (dasatinib, nilotinib o bosutinib). Algunas veces se realizan pruebas a las células de CML para determinar si tienen cambios genéticos (mutaciones), lo que puede significar que cierto TKI probablemente sea más o menos eficaz (lea la sección “Leucemia mieloide crónica con la mutación T315I”). En la CML que no presenta esta mutación, el ponatanib es una opción después de que se haya intentado con todos los demás inhibidores de la tirosina cinasa.
El interferón es otra opción, pero también es mucho menos eficaz en esta fase que en la fase crónica. Aproximadamente un 20% de los pacientes presenta alguna respuesta a la quimioterapia, pero usualmente estas respuestas duran menos de 6 meses.
Un alotrasplante (alogénico) de células madre puede ser la mejor opción para la mayoría de los pacientes que son lo suficiente jóvenes para ser elegibles. Aproximadamente de 20 a 40% de los pacientes con CML en fase acelerada sobreviven varios años después de un trasplante de células madre. La mayoría de los médicos prefieren que la leucemia esté bajo control, de preferencia en remisión, antes de comenzar el procedimiento de trasplante. Frecuentemente se usa quimioterapia para lograr esto.
En algunos casos, el autotrasplante de células madre puede ser una opción para tratar de regresar la CML a la fase crónica, aunque es muy improbable que esto cure la enfermedad.

Fase blástica

En la fase blástica de la CML, las células de la leucemia se vuelven más anormales. La enfermedad actúa como una leucemia aguda, los números de células sanguíneas aumentan y los síntomas aparecen o se vuelven más graves.
Para aquellas personas con CML en la fase blástica que aún no reciben tratamiento, una dosis alta de imatinib puede ser eficaz, aunque funciona en un número menor de personas y por periodos de tiempo más breves que cuando se usa en las primeras fases de la enfermedad. Los nuevos agentes dasatinib y nilotinib parecen ser mejores en esta fase, particularmente si no han sido utilizados anteriormente.
El bosutinib también es una opción para pacientes que previamente hayan recibido tratamiento con otro inhibidor de la tirosina cinasa. Puede que se use el ponatanib, pero solo después de que se haya intentado con todos los demás inhibidores de la tirosina cinasa. Los pacientes que responden a estos medicamentos tal vez deban considerar un trasplante de células madre, si es posible.
Con mayor frecuencia las células de leucemia de esta fase actúan como células de una leucemia mieloide aguda (acute myeloid leukemia, AML), pero a menudo son resistentes a los medicamentos quimioterapéuticos que se usan normalmente para tratar la AML. La quimioterapia convencional para la AML producirá remisión aproximadamente en uno de cada cinco pacientes, pero con frecuencia es de corta duración. Si ocurre la remisión, puede ser la oportunidad para considerar algún tipo de trasplante de células madre.
Un número más pequeño de pacientes tienen células blásticas que actúan como células de la leucemia linfoblástica aguda (acute lymphoblastic leukemia, ALL). Estas células son más sensibles a los medicamentos quimioterapéuticos. Se pueden inducir remisiones en aproximadamente la mitad de estos pacientes con medicamentos tales como vincristina, prednisona y doxorrubicina, junto con imatinib, si aún no se ha administrado. Al igual que los pacientes con ALL, estos pacientes están en riesgo de tener células leucémicas en el líquido que rodea el cerebro y la médula espinal. Por lo tanto, ellos a menudo reciben quimio (metotrexato o citarabina) que se infunde directamente en ese líquido (como durante una punción lumbar). La radioterapia en el cerebro es otra opción pero se usa con menos frecuencia.
El alotrasplante de células madre tiene menos éxito en la CML en fase blástica que en las fases más tempranas, y la tasa de sobrevivencia a largo plazo es menor de un 10%. Aun así, es la única opción conocida que pudiera curar la enfermedad. Es más probable que sea eficaz si la CML se puede regresar a la fase crónica antes del trasplante.
Como la mayoría de los pacientes con CML en fase blástica no se puede curar, es importante proporcionar tratamiento paliativo (cuyo propósito principal es aliviar los síntomas, no curar la enfermedad). La radioterapia puede ayudar a reducir el tamaño de un bazo inflamado o reducir el dolor de las áreas del hueso dañadas por la leucemia. La quimioterapia (usualmente con medicamentos tales como la hidroxiurea) puede aliviar algunos síntomas durante algún tiempo.
Los estudios clínicos sobre nuevas combinaciones de agentes quimioterapéuticos, agentes dirigidos y terapias biológicas son opciones importantes.

Leucemia mieloide crónica con la mutación T315I

En algunos pacientes bajo tratamiento con inhibidores de la tirosina cinasa, las células cancerosas desarrollan un cambio genético llamado mutación T315I que evita que la mayoría de los inhibidores de la tirosina cinasa sean eficaces.
Si su enfermedad deja de responder al tratamiento con algún inhibidor de la tirosina cinasa, puede intentarse con otro. Puede que su médico también verifique si las células cancerosas han desarrollado la mutación T315I. De ser el caso, puede que le cambien al tratamiento con ponatinib, el cual es el único inhibidor de la tirosina cinasa que funciona contra la leucemia mieloide crónica con la mutación. En caso de que no sea eficaz este cambio o que el paciente no pueda tolerar los efectos secundarios, puede que sea sometido a tratamiento de quimioterapia.
La omacetaxina (Synribo) es un nuevo medicamento quimioterapéutico que en ocasiones ha mostrado ser útil en esta situación, pero puede que otros medicamentos de quimioterapia también sean útiles.


viernes, 17 de abril de 2015

Diagnósticos (por Ziyi Xia)

Muchas personas con leucemia mieloide crónica no presentan síntomas cuando son diagnosticadas con la enfermedad. Con frecuencia la leucemia se detecta cuando el médico pide exámenes de sangre por algún problema médico no relacionado o durante un examen físico de rutina.
Si los síntomas y signos sugieren que uno puede tener leucemia, el médico necesitará analizar muestras de sangre y de médula ósea para estar seguro de este diagnóstico.
Aspiración y biopsia de la médula ósea
Estas dos pruebas usualmente se hacen al mismo tiempo. Las muestras se toman de la parte posterior del huso de la pelvis (cadera), aunque en algunos casos la aspiración se puede tomar del esternón.
En el procedimiento de aspiración de médula ósea, el paciente se acuesta sobre una mesa (ya sea sobre su costado o su estómago). Después de limpiar el área, la piel que se encuentra sobre la cadera y la superficie del hueso se adormece con un anestésico local, que puede causar una breve sensación de escozor o ardor. Luego se inserta una aguja delgada y hueca en el hueso, y se usa una jeringa para aspirar una pequeña cantidad (aproximadamente una cucharada) de médula ósea líquida. Hasta con el uso de un anestésico, la mayoría de las personas sienten algo de dolor breve cuando se extrae la médula ósea.
Generalmente se realiza una biopsia de médula ósea inmediatamente después de la aspiración. Se extrae un pequeño trozo de hueso y de médula (aproximadamente 1/16 de pulgada de diámetro y 1/2 pulgada de largo) con una aguja ligeramente más grande que se hace girar al empujarse en el hueso. La biopsia también puede causar algo de dolor brevemente. Una vez que se hace la biopsia, se aplica presión en el sitio para ayudar a prevenir el sangrado.
Estas pruebas se envían al laboratorio, y se analizan con un microscopio para ver si hay células leucémicas. Estas pruebas también se pueden hacer después del tratamiento para ver si la leucemia está respondiendo al mismo.
Pruebas de laboratorio
Prueba bioquímica de la sangre
Miden la cantidad de ciertas sustancias para detectar problemas hepáticos o renales causados por la prolongación de la célula de la leucemia o por los efectos secundarios de ciertos medicamentos quimioterapéuticos.
Examen de rutina con un microscopio
Un patólogo, un hematólogo y oncólogo observa las muestras de sangre y médula ósea bajo el microscopio para analizar el tamaño y la forma de las células en las muestras y determinar si contienen gránulos (pequeñas manchas que se observan en algunos tipos de glóbulos blancos).
Una característica importante de una muestra de médula ósea es la porción de ella que consiste células productoras de sangre. Esto se conoce como celularidad. La médula ósea normal contiene médulas productoras de sangre y células grasas. Cuando la médula ósea tiene más células productoras de sangre que lo esperado, se dice que es hipercelular. Si  se encuentra muy pocas se llaman hipocelular. En el caso de leucemia mieloide crónica, la médula ósea a menudo es hipercelular debido a que está llena de células leucémicas.
Pruebas genéticas
Esta prueba consiste en determinar la presencia del cromosoma Filadelfia y/o el gen BCR-ABL. Este tipo de prueba se usa para confirmar el diagnóstico de CML.
Citogenética convencional:
Esta prueba involucra la observación de cromosomas con un microscopio para detectar cualquier cambio. También se llama determinación del cariotipo. Debido a que los cromosomas se pueden ver mejor cuando la célula se está dividiendo, una muestra de sangre o de médula ósea tiene que ser cultivada, de modo que las células comiencen a dividirse. Esta técnica requiere tiempo y no siempre tiene éxito.
Las células humanas normales tienen 23 pares de cromosomas, cada una de las cuales tiene un tamaño definido. Las células leucémicas de muchos pacientes con CML contienen un cromosoma anormal llamado cromosoma Filadelfia, que tiene la apariencia  de una versión más corta del cromosoma 22. Esto sucede cuando se intercambian secciones entre los cromosomas 9 y 22. La detección del cromosoma Filadelfia es útil en el diagnóstico de CML. Aunque no se puede ver el cromosoma Filadelfia, frecuentemente otras pruebas pueden detectar el gen BCR-ABL.
Hibridación in situ con fluorescencia
En esta prueba se utilizan tintes fluorescentes especiales que sólo se adhieren a ciertos genes o partes de los cromosomas. En la CML, la prueba FISH se puede usar para observar secciones específicas del gen BCR-ABL en los cromosomas. En la CML, la prueba FISH se puede usar para observar secciones específicas del gen BCR-ABL en los cromosomas. Se puede usar en muestras regulares de sangre o de médula ósea sin necesidad de primero hacer cultivos de las células. Por lo tanto, los resultados pueden estar disponibles más rápidamente que con las citogenéticas convencionales.
Reacción en cadena de la polimerasa (PCR)
Es una prueba súper sensible que se puede usar para identificar el oncogén BCR-ABL en las células de la leucemia. Puede hacerse en muestras de sangre o de médula ósea y puede detectar cantidades muy pequeñas de BCR-ABL, aun cuando los médicos no puedan detectar el cromosoma Filadelfia en las células de la médula ósea mediante pruebas citogenéticas. La PCR se puede usar para ayudar a diagnosticar CML y también es útil después del tratamiento para ver si aún hay copias del gen BCR-ABL. Si aún se encuentran copias de este gen, esto significa que la leucemia sigue presente, aun cuando las células no son detectables con un microscopio.
Estudios por imágenes
Los estudios por imágenes producen fotos del interior del cuerpo. Aunque no son necesarios para diagnosticar la CML, pueden servir para identificar la causa de los síntomas o para ver si el bazo o el hígado están agrandados.
Tomografía computarizada
Este estudio puede ayudar a detectar si cualquiera de sus ganglios linfáticos u órganos está agrandado. Generalmente no se necesita para diagnosticar la CML, pero puede hacerse si su médico sospecha que la leucemia se está desarrollando en un órgano, como su bazo.
La tomografía computarizada es un tipo de rayos que produce imágenes transversales detalladas del cuerpo.  Antes del estudio, a menudo se le pide que tome una solución de contraste que ayuda a delinear mejor las áreas normales en el cuerpo, lo que ayuda a delinearse las áreas anormales más claramente. Esta inyección puede causar una sensación de sonrojo. Algunas personas son alérgicas al colorante y desarrollan urticaria. Rara vez presentan reacciones más graves como problemas para respirar y baja presión arterial.
En algunos casos se puede usar una tomografía computarizada para guiar con precisión una aguja de biopsia hacia la anomalía sospechada, como un absceso.
Este procedimiento es llamado biopsia por aguja guiada por tomografía computarizada, en el cual el radiólogo mueve una aguja de biopsia a través de la piel y hacia la localización de la masa. Las tomografías computarizadas se repiten hasta que la aguja está dentro de la masa. Entonces, se extrae una muestra y se observa con un microscopio. Esto se necesita en muy pocas ocasiones para la CML.
Imágenes por resonancia magnética
Las imágenes por RM son particularmente útiles para examinar el cerebro y la médula espinal. Se utiliza ondas de radio e imanes potentes en lugar de rayos X. la energía de las ondas de radio es absorbida por el cuerpo y luego liberada en patrón formado por el tipo de tejido del cuero y por ciertas enfermedades.  No solo proporciona secciones transversales del cuerpo sino también imágenes de secciones que son paralelas a la longitud del cuerpo. Se puede inyectar material de contraste pero se hace con menos frecuencia.
Ecografía (ultrasonidos)
En la ecografía o ultrasonidos, se utilizan ondas sonoras y el eco que estas crean para producir una imagen de los órganos o masa interna. Con más frecuencia, para esta prueba se coloca sobre su piel un pequeño instrumento que parece un micrófono y se llama transductor el cual primero se lubrica con gel. La ecografía emite ondas de sonido y recoge el eco que rebota desde los órganos. Una computadora convierte el eco en una imagen que aparece en la pantalla.
Se puede usar para observar los ganglios linfáticos cercanos a la superficie del cuerpo o para observar órganos inflamados dentro de su abdomen. Como los riñones, el hígado, y el bazo.

CML o LMC: leucemia mieloide crónica